Bandera de Perú

 

El patrimonio histórico de la ciudad de Puno es más bien escaso, aun a pesar de que la ciudad tiene tres siglos y medio de existencia. Sin ser una de las más impresionantes de Perú, la plaza de Armas es con diferencia el lugar más interesante y fotogénico de la ciudad. El día en que se tomaron estas imágenes era el de la Candelaria, la fiesta mayor de la ciudad que se celebra en febrero. Ese día por la mañana se desarrolla un espectáculo de danzas folclóricas en la escalinata de la catedral, mientras la plaza de Armas es un bullicio de gente que asiste al espectáculo o simplemente se pasea, lo cual es una oportunidad única de observar cada detalle del paisanaje. Y claro, echando un simple vistazo no podemos evitar reconocer que estamos rodeados por todas partes por las famosas cholitas.

Catedral de Puno (Perú) en la fiesta de la Candelaria

Detalle de la fachada de la catedral de Puno (Perú)

Fiesta de la Candelaria en Puno (Perú)

LA CIUDAD DE LAS CHOLITAS

Apenas se pone un pie en el centro de Puno, llama la atención la vestimenta de sus mujeres, más que la de sus hombres. Cuando se habla de las cholitas, el vocablo se refiere a las mujeres que, en el contexto sociocultural andino, usan una vestimenta muy característica. Aunque las cholitas suelen identificarse con Bolivia, son muy abundantes en las regiones limítrofes de Perú, que comparten muchas características con sus vecinos, desde un punto de vista geográfico, histórico y sociocultural. La vestimenta es prácticamente un uniforme en el que apenas cambia la combinación de colores: zapatos planos o sandalias, una falda grande y amplia -con cuatro o cinco enaguas- y arriba varias capas terminando en una chaqueta de lana. Llama la atención que las chicas jóvenes no suelen vestirse de esta forma: quizá se esté perdiendo y acabe siendo relegado al carácter de simple traje folclórico, como ocurre con los trajes tradicionales en nuestro país. El tiempo lo dirá.

Cholitas en la plaza de Armas de Puno (Perú)

Cholitas en una calle de Puno (Perú)

 

Mención aparte merece el sombrero de las cholitas, la mayoría de las veces de tipo bombín u hongo. Este cubrecabeza, aunque originario de la Inglaterra victoriana, llegó al altiplano andino a principios del siglo XX. La teoría más difundida afirma que un comerciante llevó una partida para venderla entre los trabajadores europeos que construían el ferrocarril por aquellas tierras, pero no sirvieron por ser de talla demasiado pequeña. Sin embargo consiguió venderlos entre las mujeres, que desde entonces no han dejado de usarlos, ya que son considerados un signo de distinción.

Cholitas en la plaza de Armas de Puno (Perú)

CALLEJEANDO POR PUNO

Una vez vista la plaza de Armas, es obligado dar una vuelta de reconocimiento por el centro de la ciudad, y de paso tomar unas cuantas imágenes para retratar su aspecto y su ambiente. Es cierto que carece de monumentos relevantes, más allá de la catedral, pero esto no significa que pasear por Puno no sea interesante: todo lo contrario. Aparte de observar los edificios y a los lugareños, también podemos adentrarnos en uno de los lugares que mejor retratan a una ciudad: el mercado. Hay que decir que los mercados en Perú son todo un mundo, y el Mercado Central de Puno no es una excepción. Allí se encuentra de todo, y no sólo productos alimentarios. Y si de comer se trata, un mercado puede ser un buen sitio, ya que hay muchos puestos de comida casera elaborada por las mismas señoras que los regentan. Por supuesto, no debemos dejar de probar, a un precio muy barato, un delicioso ceviche. Y una vez conocido el centro de Puno, no podemos dejar escapar la oportunidad de vivir una experiencia única, y es que esta ciudad se encuentra a orillas del lago navegable más alto del mundo, sobre el cual habita una antiquísima comunidad. Hablamos del lago Titicaca y de los indios uros.

Mercado Central de Puno (Perú)

 

El gran tamaño del lago Titicaca lo hace parecer un pequeño mar interior. La bahía de Puno es la mayor en el lado peruano del lago (que este país comparte con Bolivia) y precisamente en este artículo vamos a adentrarnos en ella para conocer a una comunidad ancestral que habita desde hace siglos en sus aguas: los indios uros. Pero antes, sin salir de la ciudad, vamos a buscar un punto panorámico desde el cual podremos tener una vista general de ella, de la bahía y del lago.

Virgen de la Candelaria en el Mercado Central de Puno (Perú)

EL MIRADOR DEL CÓNDOR Y EL LAGO TITICACA

Puno es una ciudad de unos 130 000 habitantes situada a 3810 metros sobre el nivel del mar. El casco urbano se asienta sobre una especie de hoya junto al lago Titicaca, de manera que está rodeada por la parte de tierra por unos pequeños cerros que ofrecen buenas vistas sobre el conjunto. Existen dos miradores, el del Puma y el del Cóndor, de los cuales el segundo es el mejor situado y desde él obtendremos las mejores vistas. El mirador del Cóndor se encuentra en un típico barrio periférico, de planificación desordenada, lleno de casas a medio construir. Es lo habitual cuando te alejas del centro en una ciudad peruana. En cuanto al mirador en sí, es una plataforma adornada con un gran cóndor metálico. El monumento como tal no es de gran calidad, pero la verdad es que la estampa del cóndor desplegando sus alas sobre la ciudad es una imagen muy sugerente. La altura del mirador nos permite tener una vista también del lago Titicaca, o para ser más exactos una pequeña parte de él. También se reconoce perfectamente el juncal de totora y en su interior el poblado de los uros.

Mirador del Cóndor en Puno (Perú)

Vista de Puno (Perú) desde el mirador del Cóndor

Vista general de las islas de los uros en el lago Titicaca (Perú)

 

Al ser Puno la principal localidad del lago en su lado peruano, es obvio que ha de contar con un puerto. Abundan las pequeñas embarcaciones, que se usan fundamentalmente con fines turísticos, ya que las islas de los uros se han convertido en el reclamo más importante de la región. La travesía dura unos treinta minutos. Al cruzar la bahía podemos ver los barrios periféricos del norte de Puno que se extienden a lo largo de la costa. Enseguida aparecen grandes extensiones de totora, una planta acuática juncosa propia de América del Sur. Las islas de los uros están literalmente en el interior del juncal, y se ha abierto un canal para navegar hasta ellas.

Pescador uro en el lago Titicaca (Perú)

 

Islas de los uros en el lago Titicaca (Perú)

LA VIDA EN LAS ISLAS FLOTANTES

Los uros son un pueblo muy antiguo y aunque su origen es desconocido algunos dicen que pudieron llegar de la Amazonia, otros incluso que provendrían de la Polinesia. Sea como fuere, no están emparentados con ninguna otra etnia y se estima que se remontan como mínimo al 1200 a.e.c. Hoy en día hay cuatro grupos principales repartidos entre Bolivia, Perú y Chile. En el pasado tuvieron su propia lengua, llamada puquina, pero se extinguió hace ya un siglo y los uros adoptaron mayoritariamente la lengua aimara. Están escolarizados y también hablan español.

Islas de los uros en el lago Titicaca (Perú)

Caballito de totora en el lago Titicaca (Perú)

 

Vivir flotando sobre las aguas de un lago a casi 4000 metros de altitud no es nada sencillo. En el juncal de la bahía de Puno existen entre 70 y 80 islas donde viven unas 1800 personas. Todas ellas son artificiales y son flotantes, y al ser de totora son relativamente ligeras, por lo cual han de ser ancladas para evitar que se las lleve el viento. Cada isla tiene entre cinco y siete familias y cuenta con un jefe. Al llegar, las mujeres nos saludan sonrientes, desembarcamos y el jefe nos explica cómo construyen las islas flotantes, cómo viven y cómo son sus cabañas. Lo hace de manera amena y derrochando simpatía, y al terminar su exposición disponemos de unos minutos para pasear, tomar unas fotos y visitar alguna de las cabañas. También podemos comprar alguna pieza de artesanía realizada con totora, que es hoy en día su principal fuente de ingresos. Unas cuantas islas son comunales y en lugar de viviendas contienen tiendas de recuerdos y restaurantes. Una última curiosidad: existe una isla a la que los lugareños acuden para hacer sus necesidades fisiológicas.

Islas de los uros en el lago Titicaca (Perú)

Jefe de los uros en el lago Titicaca (Perú)

Cabaña de los uros en el lago Titicaca (Perú)

¿UNA EXCURSIÓN INTERESANTE O UNA TURISTADA?

Se pueden leer críticas muy duras hacia esta excursión por parte de viajeros que se han sentido decepcionados. Nosotros somos más benévolos al respecto. ¿Qué esperan ver, una tribu en estado puro? Pues nos tememos que tendrán que irse a la isla Sentinel del Norte, esa isla del Índico donde los nativos reciben a los visitantes a flechazos. En realidad lo que vemos aquí no difiere mucho de lo que sucede en los pequeños pueblos de Europa que viven del turismo. Todos estos pueblos se han convertido en atracción de turistas, porque en realidad es algo inevitable, el desarrollo económico y el de los transportes han hecho que hoy esté al alcance de millones de personas el viajar a cualquier rincón del mundo. Por lo tanto los visitantes llegarían de todos modos. Los uros simplemente les sacan partido, y lo hacen honradamente.

 

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